Cuéntame sobre una película sobre educación que más te conmovió.

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El Sr. Bachman y sus alumnos

Después de ver este documental, pensé en mi infancia. Si todos los niños tuvieran la suerte de contar con un maestro tan emocional y paciente, ¿serían diferentes sus trayectorias de vida?

La acumulación de conocimientos es efímera y carece de sentido. La clase de Bachman puede parecer desorganizada, pero captura tres habilidades importantes para el crecimiento personal: expresión, respeto y debate.

La expresión requiere una exploración constante de uno mismo y la expresión de forma diferenciada. Porque el respeto tiene la base de la comunicación, la igualdad y la tolerancia son posibles. El debate nos acerca al núcleo del problema y a la verdad del asunto, para que podamos empatizar mejor con los demás y renovarnos. Sin embargo, la educación actual ignora la expresión, defiende la autoridad, suprime el disenso y destruye la individualidad. Más bien, es poner el carro delante del caballo y buscar números modelados, lo cual no sirve para nada.

A los ojos del Sr. Bachman, el “logro” es sólo una pequeña parte del crecimiento personal y el sentido de valía. No necesitamos ni debemos utilizar los "logros" para secuestrarnos a nosotros mismos. Necesitamos desarrollar una perspectiva más rica para comprendernos a nosotros mismos, a los demás y al mundo en su conjunto.

Cuanto mayor me hago, más entiendo que “buenas notas” puede que no requiera esfuerzo, pero lo más desafiante es vivir, sentir y experimentar con sinceridad y entusiasmo.

Sólo hay un señor Bachman. Que tú también seas el Sr. Bachmann, para ti y para quienes te rodean.

Como él dijo, "Estas partituras son sólo temporales y no tu verdadero yo". Las puntuaciones no te representan en absoluto. Es solo una imagen momentánea que registra asuntos triviales como las matemáticas y el inglés. Más importante aún, todos ustedes son niños y jóvenes maravillosos. "

La escena en la que Bachmann finalmente se puso el sombrero búlgaro que le regaló el niño búlgaro y se sentó en el aula vacía fue muy conmovedora.

El sencillo, sincero y tolerante profesor de Bach El hombre no sólo cura a los estudiantes sino que también nos cura a nosotros fuera de la cámara.