1. Prestar atención a la formación de la cultura corporativa y la ética profesional.
En la actualidad, muchas capacitaciones han comenzado a generar malentendidos, una búsqueda excesiva del ambiente en el aula y los estudiantes no han aprendido conocimientos sustantivos. El propósito de participar en la capacitación es aprender cómo pueden cambiar o mejorar sus malos hábitos, aprender herramientas de gestión avanzadas o prácticas y mejorar sus habilidades comerciales.
Para mejorar el profesionalismo y las habilidades de su equipo de marketing, una empresa de publicidad gastó mucho dinero para que una empresa de formación subcontratada contratara a un autoproclamado "gurú de las ventas" con un historial brillante para formar a sus personal de marketing.
El ambiente en el aula es muy bueno. El "maestro de ventas" se jactó de su experiencia y los estudiantes escucharon con interés, pero no dijo nada sobre la mejora de la calidad y las habilidades de ventas de los especialistas en marketing. El efecto de tal entrenamiento es imaginable.
Lo que es aún más inaceptable es que este llamado "entrenador de ventas" esté desempleado desde que se graduó de la escuela de posgrado y no tenga ninguna experiencia práctica. Es el típico hablador de papel. ¡Esta institución de formación es un gran fracaso!
Ante este tipo de problemas, para las empresas que necesitan formación, una formación eficaz no es pensar en emocionarse durante la clase, sino escuchar cómo se emociona y no inmutarse. Como empresa de formación, lo más importante es permitir que los estudiantes aprendan algo y obtengan algo.
2. Fortaleza del profesor: la más importante.
Hay muchos "maestros de entrenamiento" dando vueltas en el mercado, y muchos de ellos son "tontos". Como implementadores y desarrolladores específicos de la capacitación, no se puede ignorar la importancia de los instructores. Cuando las empresas eligen empresas de formación, deben contar con una evaluación integral de sus instructores.
Para una empresa de formación, formar instructores requiere enormes costes, por lo que muchas empresas de formación sólo tienen equipos de marketing y no cuentan con sus propios instructores principales. Si la empresa de formación no cuenta con sus propios asesores profesionales, no hay absolutamente ninguna opción ni garantía. Y esas empresas de formación con consultores profesionales perfeccionan constantemente los cursos de los profesores, en lugar de confiar en que los profesores lo descubran solos.
Con la cooperación de la empresa de formación, los riesgos del curso son menores y la calidad del curso se puede garantizar hasta cierto punto. Para ellos, los profesores son su marca y no se atreven a perder el tiempo en el mercado. Estas empresas de formación son la primera opción para las empresas.