Tus pasos ligeros vagaron por el pasillo silencioso; tu voz suave resonó en la sala blanca, y tus dulces ojos penetraron en mis entrañas, así me despedí del dolor. Vestido con ropas blancas, como una voluta de nubes y humo, barre la larga melancolía del corazón, y las bendiciones nutren el corazón como una llovizna. A partir de entonces, la vida tuvo una extraordinaria temporada de granadas. La medalla de Nightingale brilló. Lo sostuviste fuertemente contra tu pecho con lágrimas en los ojos.
Prosa lírica alabando a las enfermeras
Hay un tipo de cuidado que es desinteresado, un tipo de amor que es grandioso y un tipo de dedicación que es ordinaria. Cuando las flores florecen en primavera, algunas personas pueden prestar atención a la belleza de las flores y las altas ramas y hojas. ¿Quién pensaría en las desconocidas hojas verdes? Si se compara el hospital con el árbol de la vida, las enfermeras son las hojas verdes más pequeñas de la rama. Con profundo respeto por el trabajo de las enfermeras, frente a la fiesta más sagrada de las enfermeras, debemos elogiar a las enfermeras.