La educación es un trabajo altamente emocional que abarca relaciones interpersonales complejas entre profesores y alumnos. En el proceso de educación de los niños, los profesores muchas veces necesitan mostrar una actitud profesional, es decir, tratar de no expresar emociones personales sin afectar el contenido de la enseñanza. Sin embargo, esto no significa que los profesores puedan deshacerse por completo de sus propias emociones e incorporarlas a la enseñanza.
Para los educadores, el impacto de las emociones personales es inevitable. Cuando un maestro se enfrenta a un estudiante cuyo desempeño no es lo suficientemente bueno, o que siente que el estudiante debería estudiar más en cualquier aspecto, el maestro a menudo se siente deprimido. Durante el proceso de enseñanza, si los estudiantes no comprenden o no dominan el contenido de la enseñanza, el maestro puede sentirse frustrado o molesto emocionalmente. Por lo tanto, las emociones personales de los profesores y su desempeño pueden influir en los resultados de aprendizaje de los estudiantes, así como en sus actitudes e intereses en la materia.
Sin embargo, los educadores aún pueden minimizar el impacto de las emociones personales en la enseñanza a través de una actitud profesional. Para estar libres de emociones personales en el aula, los educadores deben darse cuenta de que sus emociones desempeñan un papel en cada decisión e interacción y encontrar una manera de comportarse profesionalmente en cualquier situación.
En primer lugar, los educadores deben comprender sus propias emociones y ser conscientes de ellas para reducir el impacto de las emociones personales. Cuando los profesores sienten fluctuaciones emocionales, pueden detenerse y respirar profundamente unas cuantas veces antes de volver a enseñar. Los profesores también pueden intentar encontrar formas de relajarse y reducir el estrés en la vida diaria, como el yoga o la meditación, o comunicarse con otros profesores para crear una actitud positiva.
En segundo lugar, los educadores pueden utilizar herramientas y estrategias de enseñanza útiles en el aula para reducir el impacto de las emociones personales. Aunque las emociones de los profesores tendrán un cierto impacto en la educación de los estudiantes, si los educadores utilizan métodos de enseñanza científicos y precisos en la enseñanza, el impacto de las emociones personales en la enseñanza en el aula se puede reducir hasta cierto punto. Por ejemplo, utilizar la instrucción basada en la teoría de la motivación y la motivación conductual para centrarse en las necesidades y el éxito individuales de los estudiantes puede mejorar el interés y la atención de los estudiantes en el aprendizaje.
En tercer lugar, los educadores pueden integrar sus emociones con sus propias realidades educativas, lo que puede convertir las emociones personales en herramientas útiles. El uso de emociones apropiadas puede mejorar el interés de los estudiantes en el curso. Por ejemplo, los educadores pueden compartir sus logros y dificultades en la materia para que los estudiantes sepan que el aprendizaje es un proceso de dar y recibir.
Por lo tanto, aunque es difícil para los educadores educar a los estudiantes completamente sin emociones personales, pueden tomar una serie de métodos y medidas para minimizar el impacto de las emociones personales sin afectar el contenido de la enseñanza. Al mismo tiempo, los educadores deben ser conscientes del impacto que sus emociones y emociones tienen en los estudiantes, por lo que deben mantener una actitud y un comportamiento profesional en todo momento.