1. Horario fijo todos los días En primer lugar, los padres pueden impartir alfabetización a sus bebés a un horario fijo todos los días. Puede pasar un rato antes de acostarse o después de una comida. Este tiempo puede ser ilimitado, pero debe realizarse con el bebé a una hora fija todos los días para que pueda formar un hábito de forma consciente.
Del mismo modo, los padres también deben tener en cuenta que en este momento, el bebé seguirá creciendo. Puede que al principio esté impaciente, pero los padres no deben enojarse y deben ayudar pacientemente a su bebé a leer. Partiendo de la premisa de que al bebé no le gusta leer, si los padres todavía están muy irritables, solo desgastará la paciencia de ambas partes, especialmente del bebé, quien tendrá mayor resistencia a este asunto, por lo que los padres deben enseñarle pacientemente al niño. Bebé, incluso si está muy irritable, los padres también deben calmarlo.
En segundo lugar, utilice métodos novedosos. De manera similar, los padres pueden intentar educar a sus bebés de formas novedosas. A algunos bebés no les gusta leer. De hecho, no les gusta sólo por este método. Los padres pueden observar pacientemente el estado y el estado de ánimo del bebé mientras leen todos los días. Algunos bebés pueden estar irritables porque no les gusta este método, por lo que los padres deben aprender a cambiar el método a tiempo y luego enseñarles y guiarlos de una manera que puedan aceptar.
Los padres pueden intentar educarlo a través de juegos o incluso de sus objetos favoritos, y luego enseñarle a leer. Por ejemplo, empezando por lo más sencillo, le diremos qué juguetes le gustan y cómo escribir y leer. Este método puede resolver eficazmente su irritabilidad y hacerlo menos resistente a la alfabetización, porque está aprendiendo cosas que le interesan y este método es lo que les gusta. En realidad, este método basa el aprendizaje en lo que les gusta, lo cual es mejor que simplemente enseñar y les facilita la aceptación.
3. Educación integrada en la vida. Los padres no sólo deben educar en un momento determinado, sino también en la vida diaria. Por ejemplo, cuando vemos un semáforo, podemos decirle cómo se llama, y cuando vemos algunas palabras, podemos enseñarle directamente, integrando la educación a nuestra vida. Cuando al bebé le interesa algo podemos aprovechar para educarle, luego decirle cómo se llama, y dejar que lo lea de paso.
Si quieres que tu bebé lea, los padres deben tener paciencia. No pierdas siempre los estribos y dejes que el bebé piense que los padres están de mal humor. Esto sólo hará que se sienta igual de mal.