En la mañana del 18 de abril de 1906, un gran terremoto conmocionó al mundo. Debido a su carácter repentino, el terremoto tuvo enormes consecuencias catastróficas, pero afortunadamente el lugar donde se encuentra el Banco de Italia no sufrió grandes daños. Ante la trágica situación, Giannini supervisó personalmente la transferencia de 80.000 yuanes en efectivo del banco a una zona segura. La transferencia fue exitosa y sentó una buena base para que el banco reanudara sus operaciones después del desastre.
Dos días después, los principales periódicos lanzaron una iniciativa para discutir el trabajo de reconstrucción posterior al desastre. Independientemente de su humilde condición, Giannini asistió a esta reunión de emergencia. En ese momento, todos los empresarios asistentes a la reunión pidieron al banco que concediera préstamos, pero el banco se negó a hacerlo por su propia seguridad. Las dos partes tuvieron una acalorada discusión. De repente, Giannini se levantó y dijo: "Soy Giannini de. ¡Mañana abriremos oficialmente el Banco de Italia! ¡Y estará abierto al aire libre!" Esta declaración sorprendió a todos, y todos apenas podían creer lo que veían y oían.
El 22 de abril, cuatro días después de la catástrofe, se publicó en el periódico un anuncio del primer oficial: "El Banco de Italia abre oficialmente, el horario seguirá siendo el mismo, negocios al aire libre, sin amenazas ¡De terremotos!" Inesperadamente, el anuncio inmediatamente después de cerrar sesión, vino más gente a depositar dinero que a retirarlo, porque en vista de los incendios provocados por el terremoto, la gente pensó que era más seguro guardar su dinero en los bancos. La operación causó mucho pesar entre los banqueros que se negaron a abrir sus puertas.
Después de este incidente, el Banco de Italia pasó de ser un banco pequeño a convertirse en un banco grande y conocido.