El documental nos fue presentado al principio. La escena del niño llorando el primer día cuando entró en el jardín de infancia fue simplemente estremecedora. Compartí este video en el campus y muchos de mis amigos dijeron que era muy lamentable ver a estos niños llorar y se sintieron muy tristes. Tal vez porque estoy estudiando esta especialidad, no tengo una experiencia tan profunda y lo considero más como un fenómeno normal. Algunos niños tienen ansiedad por separación y llorar es un proceso necesario.
Lo que importa es cómo tratamos a estos niños pequeños y si realmente los ignoramos como es normal. Creo que no. Después de todo, llorar con voz ronca no es necesariamente bueno para la salud de su hijo. Todavía tenemos que tomar algunas medidas para ayudar a los niños. En primer lugar, creo que las tácticas de engaño utilizadas por los profesores en el documental son incorrectas. Si lo convencen de que deje de llorar, llamará a su madre o le pedirá que lo recoja. Esto sólo puede tener un efecto temporal. El niño llorará aún más cuando se entere de que su madre no viene. Lo que debemos hacer es guiar a nuestros hijos para que se adapten al nuevo entorno en lugar de evitar los problemas de estar con ellos. Podemos desviar la ansiedad de los niños desviando su atención. Por ejemplo, si a los niños les gustan los animales pequeños, déjeles que los alimenten en el rincón de alimentación, que jueguen a sus juegos favoritos y que poco a poco desvíen su atención. En definitiva, el llanto y la ansiedad son signos de inseguridad del niño. Los jardines de infancia pueden impartir clases para padres e hijos, lo que permite a los padres acompañar a sus hijos a jugar en el jardín durante un período de tiempo para ayudarlos a adaptarse al nuevo entorno. También pueden permitir que los niños traigan sus juguetes favoritos al jardín para jugar. Los niños como nuestro equipo deben ser cariñosos y pacientes, y no pueden ser ignorados, y mucho menos amenazados. Los abrazos y las caricias oportunas también pueden calmarlos.