La Guerra Anglo-Bóer fue un conflicto entre británicos y bóers a finales del siglo XIX. Alemania y los Países Bajos no participaron directamente en la guerra y no apoyaron a los bóers.
En primer lugar, Alemania fue gobernada por Guillermo II a finales del siglo XIX. Intentó construir un imperio y una potencia naval fuerte, y se comprometió a mantener relaciones amistosas con Gran Bretaña. Guillermo II tenía muy poca hostilidad hacia Gran Bretaña, por lo que Alemania no consideró intervenir en la guerra.
En segundo lugar, los Países Bajos eran un país neutral en ese momento y mantenían relaciones amistosas tanto con Gran Bretaña como con Alemania. Antes de que estallara la guerra, los Países Bajos habían llegado a un acuerdo con Gran Bretaña, aceptando el uso de algunas de las colonias holandesas. Además, a los Países Bajos les preocupaba que entrar en la guerra debilitara su neutralidad, por lo que optaron por permanecer neutrales y no participar en la guerra.
Finalmente, la razón por la que ni Alemania ni los Países Bajos apoyaron a los bóers también puede estar relacionada con sus opiniones sobre las colonias africanas. Aunque los bóers afirmaron representar al pueblo de Sudáfrica en la guerra, tanto Alemania como los Países Bajos tenían sus propios intereses e influencia en Sudáfrica. Si estos dos países apoyaran a los bóers, podría desencadenarse un conflicto entre ellos, que ni Alemania ni los Países Bajos querían.
En resumen, la razón por la que Alemania y Holanda no apoyaron a los bóers durante la guerra anglo-bóer fue principalmente por sus relaciones amistosas con Gran Bretaña, su política de mantener la neutralidad y sus intereses en Sudáfrica. .