De 65438 a 0986, Nauck et al. encontraron que el efecto de la incretina disminuía en pacientes con diabetes tipo 2, lo que sugiere que las anomalías en el sistema de incretina pueden ser una de las patogénesis de la diabetes tipo 2.
Con el desarrollo de la biología celular y molecular, el misterioso velo de la incretina se va desvelando poco a poco. Los estudios han confirmado que la incretina es una hormona sexual intestinal en el cuerpo humano que puede promover la secreción de insulina después de comer y ejercer efectos hipoglucemiantes dependientes de la concentración de glucosa.
Las judías de Echino están compuestas principalmente por GLP-1 y péptido liberador de insulina dependiente de glucosa (GIP), entre los cuales el GLP-1 juega un papel más importante en la aparición y desarrollo de la diabetes tipo 2.
El GLP-1 se expresa mediante el gen del glucagón. En las células α de los islotes pancreáticos, el principal producto de expresión del gen del glucagón es el glucagón, mientras que en las células L de la mucosa intestinal, la prohormona convertasa (PC1) escinde el glucagón en su secuencia de cadena peptídica carboxilo terminal, es decir, GLP-1.
El GLP-1 tiene dos formas de actividad biológica, a saber, GLP-1 (7-37) y GLP-1 (7-36) amida. Sólo una secuencia de aminoácidos difiere entre ellos. Aproximadamente el 80% de la actividad circulante del GLP-1 proviene del GLP-65438+.