En la obra, Hanako Muraoka es una famosa traductora de literatura infantil en Japón. Hanako, que nació en un pequeño pueblo, llegó a la metrópoli por sus propios medios y se convirtió en una excelente traductora. Conoció a Hideki Muraoka, que dirigía una editorial en su casa.
Hanako se enamoró del alto, guapo y gentil Yingzhi y permaneció con él hasta que ella envejeció.