Escuchar con paciencia y respetar las solicitudes.
Ante las peticiones de tus hijos, sin importar si son razonables o no, debes escucharlas con paciencia y respetarlas. Durante la conversación, aprenda sobre sus pasatiempos y descubra posibles problemas. Escuche atentamente, encuentre resonancia, derribe barreras y haga de la familia su puerto más cálido.
Evitar los castigos corporales y los regaños.
Evitar los castigos corporales y los regaños cuando los niños sean rebeldes. Tal comportamiento sólo hará que el niño se sienta herido y no logrará el propósito de la educación. El castigo corporal sólo reducirá la culpa del niño y hará que sea más probable que cometa errores. Los padres inteligentes se comunicarán atentamente para persuadir a los demás, de modo que sus hijos puedan crecer con respeto y comprensión.
Confía, suelta, evita regañar.
Los niños en el período rebelde desean independencia y tener la capacidad de manejar sus propios asuntos. Demasiadas quejas simplemente los aburrirán. Confía en ellos, dales espacio y déjalos crecer en la práctica.
Apoyo emocional, estímulo y orientación
Aprende a escuchar y comprender las quejas y emociones de los niños. No se apresure a criticar o culpar, pero bríndeles apoyo emocional. Cuando se sienten aceptados y comprendidos, les resulta más fácil salir de los problemas y volverse más seguros y fuertes.