Los logros de una persona deben obtenerse haciendo una cosa bien; la felicidad que una persona obtiene debe acumularse poco a poco mediante las acciones de una persona; debe obtenerse mediante su propio trabajo duro.
Por tanto, si queremos contribuir a nosotros mismos, a nuestras familias y a la sociedad, debemos ser autodisciplinados y exigentes, debemos ser conscientes y dar pleno juego a nuestra iniciativa subjetiva. A medida que las personas crecen, se encontrarán con todo tipo de tentaciones. Todos quieren estar cómodos y todos quieren pagar menos y obtener más a cambio. Pero si no puedes salir de tu zona de confort y no estás dispuesto a soportar las dificultades y el trabajo duro, todos los sueños se convertirán en utopías o ilusiones. Por lo tanto, debemos hacer lo que podamos lo mejor que podamos sin eludir ni aflojar. De hecho, mientras elijamos ser serios y persistentes, y completemos meticulosamente las cosas sin importar cuán triviales sean, no estaremos lejos de lograr una gran causa.