Después de un día de cuidadosa revisión y preparación, todavía no estoy seguro de obtener una puntuación completa en el examen porque el profesor dijo que el examen será difícil. Tan pronto como comienza la clase, el maestro distribuye la parte escrita del examen a todos. De repente se hizo el silencio en el aula. Cogí un bolígrafo y comencé a escribir en el papel de prueba. La primera parte del examen fue muy sencilla y todos fueron puntos de conocimiento que revisé. No pude evitar reírme en secreto. Pero eso no me hizo relajarme ni un momento y me quedé estupefacto. ¡La última pregunta es tan difícil! Me devané los sesos y pensé en ello, pero todavía no puedo hacerlo. Estaba tan nervioso que me sudaban las manos. Pensé, ya terminé. Tengo que decir adiós a los 100 puntos. Todavía tengo que ser criticado por mi madre cuando regrese. Quizás tenga que comer "cerdo estofado". Pensando en esto, me calmé, reconsideré y finalmente resolví el problema.
Tan pronto como terminó la prueba escrita, me tocó a mí quedar con el primer lugar en la prueba oral. Al principio estaba un poco nervioso, pero poco a poco me fui poniendo de humor. Respondí las preguntas del profesor una por una y las respondí con fluidez. La profesora me dijo en inglés: "Está bien".
En la segunda clase, el maestro anunció solemnemente: "En el examen de hoy, solo una de nuestras dos clases de estudiantes de primera obtuvo la máxima puntuación ..." Antes de que el maestro terminara de hablar, los estudiantes comenzaron a hablar. y algunos se dieron la vuelta. Volvió la cabeza y susurró: "Eso es genial". Y el corazón casi se me sube a la garganta, pensando: No puedo ser yo. Después de un rato, todos se quedaron en silencio. El maestro continuó: "Felicitaciones a Gao Teng de nuestra clase por obtener la máxima puntuación". Fue un cálido aplauso en el aula. Todos mis compañeros de clase me miraron con envidia. Estoy lleno de orgullo y orgullo, sin mencionar el orgullo en mi corazón.
La humildad hace progresar a las personas, el orgullo hace que las personas se queden atrás. Este famoso dicho siempre me recuerda que no puedo estar orgulloso de mis pequeños logros. Trabajaré más duro para lograr mejores resultados en los exámenes del próximo año y estar a la altura de las expectativas de profesores y padres.