A finales de septiembre de 1986, KFC comenzó a considerar cómo entrar en el mercado chino, el mercado más poblado, y explorar el enorme potencial que contenía este enorme mercado. Aunque las perspectivas son optimistas, muchos problemas también causan dolores de cabeza y vacilaciones a los responsables de la toma de decisiones de KFC. Para la empresa de restaurantes de pollo más grande del mundo, el mercado chino es completamente desconocido: ¿pueden los consumidores chinos aceptar el sabor puramente occidental de KFC? Explorar el mercado chino requiere no sólo recursos técnicos, sino también valiosos recursos de gestión. Además, es imposible enviar grandes cantidades de ganancias en divisas fuertes desde China, incluso a niveles moderados. Para entrar en el mercado chino, lo más importante es elegir un lugar de inversión específico. Y esto viene acompañado de mucha incertidumbre. Cuando la situación se volvió confusa, KFC decidió llevar a cabo una investigación más exhaustiva y exhaustiva sobre el mercado chino. La primera pregunta es: ¿Dónde debería ubicarse la primera tienda KFC? Esta decisión tendrá un enorme impacto en las ganancias futuras, un mayor desarrollo en otras partes de China y la determinación de invertir recursos de gestión. KFC comparó la posibilidad de reducir riesgos con las ganancias potenciales que se podrían obtener a través de la inversión y consideró que era el mejor momento para entrar ya que no había otros competidores nacionales en ese momento. Entonces, después de sopesar los posibles riesgos y beneficios, decidí tomar a Beijing como punto de partida por ahora. Hacer de Beijing la primera opción para que KFC ingrese a China ha sentado una base sólida para el éxito de KFC en China.
El "principio del calzado" es que los zapatos que mejor quedan son los buenos zapatos, y la estrategia de localización debe comprenderse firmemente.