La filantropía británica se ha desarrollado bajo el impulso del espíritu empresarial moderno. Después de entrar en el siglo XXI, la innovación filantrópica caracterizada por la transformación del modelo de negocio, las empresas sociales, la inversión social, la filantropía de riesgo, las donaciones grupales y los círculos de donación se ha convertido en el elemento más representativo del poder blando británico.
Los británicos promulgaron la Ley de Uso Caritativo en 1601, que fue complementada y mejorada mediante la sentencia Parmsar y múltiples revisiones. Hasta que se revisó y promulgó la Ley de Caridad en 2011, la definición de organizaciones caritativas y la descripción de los fines caritativos establecieron la cara de la caridad moderna en el Reino Unido y formaron un sistema legal de caridad relativamente completo.
En Gran Bretaña entre los siglos XVIII y XIX, las condiciones de vida y de trabajo de los niños pobres eran muy malas, la tasa de criminalidad de los niños pobres aumentó y de vez en cuando se producían disturbios entre los aprendices. Además, el desarrollo de la ciencia y la tecnología ha planteado mayores exigencias en cuanto a la calidad de los trabajadores. Muchos niños pobres no pueden adaptarse a las necesidades de la producción mecánica debido a la falta de educación básica.
Los cambios en las actitudes de los padres hacia los niños pobres también han creado oportunidades para que reciban educación. Al mismo tiempo, han surgido varias escuelas privadas de caridad, que desempeñan un papel importante en la mejora de la calidad de los ciudadanos británicos y el mantenimiento de la estabilidad social.