La autocontradicción, un modismo chino, se refiere a la contradicción entre lo que otros o uno mismo dicen y hacen.
"Han Feizi·Nanshi" dice que había un hombre que vendía tanto lanzas como escudos. Al vender lanzas, decía que sus lanzas eran extremadamente afiladas y podían penetrar cualquier cosa; al vender escudos, decía que sus escudos eran extremadamente fuertes y no podían penetrar nada. Alguien le preguntó: "¿Qué tal si perforas tu escudo con tu lanza?" Se quedó sin palabras.
Más tarde, "autocontradicción" se utiliza para describir palabras y acciones contradictorias. Este modismo expone el pensamiento contradictorio de los escribas confucianos que "confunden la ley con las palabras". Es imposible que existan en el mundo un escudo irrompible y una lanza indestructible. Este hombre Chu exageró unilateralmente el papel de las lanzas y los escudos, lo que resultó en una situación que no se puede justificar. Las historias contradictorias advierten a la gente que sea realista y apropiada, y que no tenga la costumbre filistea de exagerar o alardear. El empresario se jactó de tonterías y se contradijo. Como resultado, hizo el ridículo y rompió la confianza de la gente.
Esta actitud deshonesta no es aconsejable. Este modismo también les dice a las personas que busquen la verdad en los hechos cuando hablan y hacen cosas, y que lo piensen dos veces antes de actuar. Sea coherente en lo que dice o hace, no sea que termine en un punto en el que no pueda explicarse y los demás lo dejen sin palabras.