Frente a estas tendencias de pensamiento, no es inusual que un académico que estudia la estrategia de seguridad nacional preste atención y piense en estos temas. Para responder a estas preguntas, el conocimiento y las perspectivas que proporciona la sociedad actual pueden no ser suficientes. Lucien Favre, el maestro histórico de la Escuela Francesa de Annales, dijo una vez: "En el turbulento mundo de hoy, sólo la historia puede permitirnos afrontar la vida sin miedo". Desde 1840, ninguna nación en el mundo ha experimentado tantos altibajos como la nación china. Cómo entender y ver nuestra tortuosa historia, lo que nos falta no son ideas, sino el poder de las ideas. Sin el poder del pensamiento, es imposible penetrar las complejas nubes de la historia y la realidad. Los pensamientos sin poder no podrán evitar negar por completo el pasado e intentar derrocarlo cada vez que experimenten grandes cambios. Pensar y comprender de esta manera sólo considerará la historia moderna de China e incluso la historia contemporánea como una historia de salto constante de un extremo a otro, de constante negación y humillación. Esta forma de pensar que sólo ve deficiencias pero no acumulación sólo puede demostrar la inmadurez de un país y de una nación.
En otras palabras, para responder algunas preguntas de la realidad, especialmente algunos debates en la mente de las personas, necesitamos extraer nutrición y sabiduría de la historia. La historia es un espejo de la realidad. La ardua, tortuosa y apasionante historia de búsqueda, elección y lucha de China en los tiempos modernos tiene demasiados nutrientes y hay demasiadas cosas en las que vale la pena pensar y aprender hoy. Esta enorme riqueza espiritual aún no ha sido bien explorada. La mayoría de las excavaciones existentes se consideran didácticas y difíciles de atraer una atención amplia y duradera. Este es un arrepentimiento de larga data y se ha convertido en la razón por la cual algunos de nosotros hoy despreciamos nuestra propia historia.
En los tiempos modernos, muchas personas con ideales elevados han luchado y sacrificado sus vidas para salvar al país y al pueblo. La reforma, la apertura y la modernización socialista de hoy son también la continuación de la gran causa del pueblo chino en los tiempos modernos de luchar por la independencia nacional, la liberación del pueblo y lograr la prosperidad del país y la prosperidad del pueblo. La historia no se ha cortado ni se puede cortar. Generación tras generación, estamos haciendo cosas que nunca antes se habían hecho, todas con el mismo objetivo. Creo firmemente que quienes hoy trabajan silenciosamente y con devoción por el rejuvenecimiento de la nación china pueden obtener un rico alimento de las luchas de sus antepasados. Este fue mi impulso inicial para empezar a escribir.