En lo que a estratificación se refiere, existen tres aspectos.
(1) Si sólo te ves a ti mismo y no a los demás, te volverás complaciente y arrogante y eventualmente te perderás. Por ejemplo, a finales de la dinastía Qing, usted se consideraba el "reino de los cielos" y no podía ver las ventajas de los demás.
(2) Ver a los demás pero no a ti mismo te hará perder tu individualidad y convertirte en vasallo de los demás. Por ejemplo, al comienzo de la fundación de la República Popular China, solo veíamos la Unión Soviética y no nos prestábamos atención a nosotros mismos. Ver a los demás pero no verte a ti mismo también hará que los demás no puedan verte y te lastimen en determinados momentos. Por ejemplo, cuando una madre educa a su hijo, solo ver al niño lo hará egoísta e ignorará los sentimientos de la madre.
(3) Sólo viéndose a uno mismo y a los demás se puede aprender unos de otros, fortalecerse, superarse constantemente y, en última instancia, lograr su propia transformación.