Los antecedentes históricos del enfrentamiento franco-británico se produjeron en 1956. En ese momento, Francia se encontraba en la etapa de reconstrucción de la posguerra, la situación económica de China era sombría y su desarrollo económico continuaba disminuyendo. Sin embargo, la situación internacional también es preocupante. Francia tenía muchas colonias en África. En esta época se llevaron a cabo uno tras otro movimientos de liberación, estipulando la solución a la colonización. Como la colonia francesa más grande de África, Ali y Leah fueron los primeros en gobernar por la independencia, y otros países africanos siguieron su ejemplo.
Además, Egipto también pretende recuperar el Canal de Suez controlado por Francia y Rusia. Además, Israel y Jordania ya están considerando una segunda guerra en Oriente Medio. En julio de 1956, Egipto anunció la nacionalización del Canal de Suez, lo que provocó un fuerte descontento por parte de Francia y el Reino Unido. Egipto fue colonizado por los británicos y el canal fue construido por los franceses. Ambos países tienen intereses únicos en el canal.
En este caso, Gran Bretaña y Francia lanzaron la Segunda Guerra de Oriente Medio (también conocida como Guerra de Suez). Al final, aunque Francia y Gran Bretaña ganaron militarmente, Estados Unidos y Rusia perdieron políticamente debido a su participación mutua. Al final, los tres países tuvieron que retirar sus tropas de Egipto y Francia y Gran Bretaña perdieron por completo el control del Canal de Suez.
No es difícil ver que el objetivo importante de la iniciativa del Primer Ministro francés Moller de cooperar con el Reino Unido no es lograr la integración de los dos países, sino tratar de cooperar con el Reino Unido y Confíe en la fuerza del Reino Unido para salvar a Francia de los problemas internos y externos en ese momento.
La razón principal por la que Gran Bretaña rechazó la unión francesa fue que después de la Segunda Guerra Mundial, aunque Gran Bretaña todavía estaba en el período de recuperación de la cirugía de desarrollo económico, su desarrollo económico era significativamente mejor que el de Francia. Después de la fusión de Gran Bretaña y Francia, no hay duda de que Francia compartirá una serie de problemas mundiales que afectarán aún más el desarrollo social y económico de Gran Bretaña. En vista de todo esto, el presidente británico Eden es naturalmente tácito.
Además, dada la situación internacional en la que se encontraba Francia en ese momento, aún se desconocía si Moller podría convencer al gabinete y al pueblo francés para que unieran fuerzas, y las posibilidades de éxito no eran altas. Por eso Aidan rechazó el consejo de Moeller de muchas maneras.
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