Disfruta cada momento de tu vida, acepta las pruebas del sufrimiento y considéralas como el único camino hacia la paz.
Siendo como Jesús, aceptar este mundo pecaminoso no es lo que esperaba.
Creo que si sigo Su voluntad, Él arreglará el mundo.
De esta manera, seré sumamente feliz en esta vida y disfrutaré de la felicidad suprema con él nada más nacer.
Amén.