El aula donde se imparte la clase no es fija. "Póngase una inyección y cambie de lugar". Después de una clase, tienes que hacer las maletas y correr a otra aula, tal vez en un edificio al otro extremo del campus. Los maestros temen que los estudiantes no hablen, por lo que siempre alientan a todos a hablar, no importa si está bien o mal, los estudiantes deben ser elogiados primero, para que puedan tener confianza. El término "disciplina en el aula" no existe. A los profesores extranjeros les gusta bromear. A menudo llevan a los estudiantes a jugar varios juegos relacionados con el contenido de aprendizaje en clase. Leer y escribir libros de texto es lo más aburrido, pero el profesor también permite a los estudiantes jugar juegos competitivos en grupos. Al charlar, los estudiantes no sólo profundizan su impresión sobre los conocimientos adquiridos, sino que también aumentan su sentido de competencia. Parece muy disperso, pero en realidad es caótico y ordenado. Los estudiantes hablaron con entusiasmo y el maestro se sentó en la mesa al lado de todos y dirigió la discusión. Los estudiantes, sin saberlo, aprendieron muchos conocimientos y métodos mientras deambulaban.
Existen grandes diferencias entre occidentales y orientales en la educación de los niños. En Occidente, se cree generalmente que no importa cuán rico sea el niño, la cantidad de propiedad de los padres no tiene nada que ver con el niño. No importa cuán ricos sean sus padres, cuando sus hijos cumplen dieciocho años tienen que salir solos para encontrar una manera de sobrevivir. Sin embargo, en las familias orientales, por muy pobres que sean los niños, no pueden ser pobres. Las familias orientales saben cómo gastar enormes sumas de dinero para contratar a los mejores maestros y asistir a las mejores escuelas para sus hijos, para que puedan aprender los conocimientos más avanzados, pero rara vez saben cómo moldear las sólidas personalidades de sus hijos. Especialmente después de la implementación de la política del hijo único, esta diferencia en la educación se ha vuelto más obvia.
Ahora nadie defiende el excelente método confuciano chino de educar a los niños. Un padre racional no sólo debe proporcionar al niño la vida más básica y la mejor educación, sino también ayudarlo a enfrentar correctamente la sociedad real para que pueda ser autosuficiente y agradecido.