En 1945, Estados Unidos lanzó dos bombas nucleares sobre Japón. Al final de la Segunda Guerra Mundial, la situación de Japón en el Teatro del Pacífico era muy desfavorable, pero no tenían intención de rendirse. Para obligar a Japón a rendirse lo antes posible y reducir las bajas aliadas, Estados Unidos decidió utilizar bombas atómicas. Primero, el 6 de agosto de 1945, el bombardero estadounidense B-29 "Enola Gay" lanzó la bomba atómica con el nombre en código "Little Boy" sobre Hiroshima. Este fue el primer uso de armas nucleares en la historia de la humanidad. La explosión de esta bomba atómica mató instantáneamente a aproximadamente 80.000 personas y causó daños materiales devastadores.
Tres días después, el 9 de agosto de 1945, otro bombardero militar estadounidense B-29 "Bockska" lanzó la bomba atómica con el nombre en código "Fat Man" sobre Nagasaki. El poder destructivo de esta bomba atómica también fue enorme, causando alrededor de 40.000 muertos y heridos graves, además de enormes pérdidas materiales.
El lanzamiento de estas dos bombas atómicas convirtió a Japón en el primer país del mundo en sufrir un ataque nuclear. La destrucción masiva y las bajas obligaron al gobierno japonés a considerar seriamente la rendición. Poco después, el emperador japonés anunció su rendición, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial.