Por la mañana, todavía estabas murmurando para ti mismo en sueños. Al mirarte a los ojos lo escucho como si retumbara en mis oídos.
Me aferro a ti y siento cada pequeño movimiento tuyo. Tus ronquidos son tan dulces y suaves.
Yo soy tu corazón y tú eres mi bebé. No importa dónde toques mi cuerpo, haré todo lo posible para acomodarlo.
Mientras esté contigo, mientras me incline en tus brazos, todo el ruido del mundo exterior nos abandonará, y estaré completamente embriagado en tus brazos.
Si algún día realmente me voy lejos, no te sorprendas adónde vaya, definitivamente te volveré a encontrar.
Nos dirigimos hacia nuevas metas y cosas a las que nunca antes había estado expuesto. A veces me siento asustado e impotente. Es el poder del amor lo que fortalece mi confianza.
Los latidos de tu corazón son tan fuertes y claros. De repente sentí que no podía controlarlo y el tiempo había pasado en silencio.