Green Book ganó 91 premios Oscar a la Mejor Película, no porque fuera políticamente correcta, sino porque nos dio una sensación cálida. Esta calidez nos fue transmitida a cada uno de nosotros a través de la tormenta de discriminación racial en los Estados Unidos en la década de 1960.
Tony, que estaba comiendo pollo frito mientras conducía, y Shirley, que decía que no podía comer sin cubiertos. Amenazarlo con comer pollo frito. En el momento en que comió pollo frito, siguió sonriendo y el color de su piel no pudo detener su sonrisa.
El conflicto que ha preocupado a Shirley durante muchos años estalló una noche lluviosa, y ella rugió desde el fondo de su corazón: "¿Quién soy yo?". Debido a su estatus social noble, no pueden integrarse al grupo negro y, debido a su color natural de piel, son discriminados por los blancos. Este es el clímax de la película, y la lucha humana del protagonista se refleja más vívidamente en este momento. Las cadenas que le imponían la raza, la orientación sexual y el estatus lo abrumaban. La vívida actuación hizo que todos los espectadores sintieran la soledad de no ser comprendidos y el dolor de no tener con quién hablar.