En la antigua China, un traductor generalmente se refiere a una persona que domina varios idiomas y puede traducir y comunicarse. Históricamente, los intérpretes han desempeñado un papel importante en actividades diplomáticas, documentos oficiales y actividades comerciales. Entre las agencias oficiales de la antigua China, existía una "Oficina de Asuntos Generales" responsable de la traducción oficial.
En resumen, la traducción se consideraba un trabajo muy importante en la antigüedad, y su estatus y función son similares a los de la traducción moderna.