Finalmente terminó el examen de ingreso al posgrado y me siento muy bien, pero las secuelas del examen de ingreso al posgrado aún permanecen en mi vida (me desperté a las 6:30 de la mañana). La vida continúa y la lucha continúa, ¡sigan con el buen trabajo!
El final del examen de ingreso a posgrado es el fin de un estado, pero este estado es demasiado largo. Cuando me sienta perdido, me relajaré pero no dejaré de aprender. Me di cuenta de la importancia del aprendizaje diario de cambios cuantitativos a cambios cualitativos. A veces hay que tenerlo en la vida, pero no lo quieres todo el tiempo. Tal como dijo la maestra, después de tomar el examen, siento que algunas cosas a veces dependen del destino y la suerte, así que puedo dejarlo ir.
Después de realizar el examen de acceso al posgrado, pensé que podría afrontar todo fácilmente, pero me sentí impotente. Al principio pensé que podría dormir hasta el mediodía, pero terminé despertándome a las seis por costumbre. No sé cuál será el resultado final, pero creo que recordaré a la persona que se levanta temprano cada mañana y se deja un mensaje por la noche. Me acordaré del que tenía infusiones constantes antes del examen y tenía fiebre el día del examen. Recordaré a la persona que lloró, copió los números y dividió las preguntas. Recordaré a la persona que quedó atrapada y sentada soñando. Recordaré a la persona que todas las mañanas iba al octavo piso de la biblioteca para memorizar temas políticos.
Nunca había sentido que mi mentalidad fuera tan buena. Gracias a tanta gente por su aliento a lo largo del camino. Estoy agradecido de que mis padres nunca me presionaron demasiado. Gracias a mis amigos y mejores amigas por su aliento, y a mis familiares por su preocupación.
Nunca olvidaré a las personas que me acompañaron durante este período. Creo que seguiré adelante con valentía en el futuro.