Poco a poco, algunos patrocinadores musicales aristocráticos comenzaron a notar el talento de Haydn. Durante un breve tiempo fue director musical de la corte gitana. Sin embargo, su banda finalmente se disolvió debido a problemas económicos con sus patrocinadores. A la edad de 29 años, la vida de Haydn mejoró. En 1761, Haydn llegó a la familia Istads, que era la familia más rica y poderosa entre los dignatarios húngaros en ese momento. Haydn, un sirviente hábil, compuso gran parte de su propia música, que se tocaba en las cortes familiares. También compone música proporcionada por patrocinadores, dirige una orquesta de 25 músicos y supervisa el uso de los instrumentos y el funcionamiento de la biblioteca musical. Aunque hoy pueda parecer degradante que un genio dependa del apoyo del príncipe heredero, en el siglo XVIII era algo natural. Los compositores tienen así una cierta ventaja porque tienen unos ingresos estables y su trabajo es continuo.
Veinte años después, la música de Haydn era bastante popular en toda Europa. Después de la muerte del príncipe Nicolás Ischazy en 1790, Haydn llegó a Londres como un hombre libre y organizó una serie de conciertos en torno a sus composiciones. Así, un sirviente se convertía en una celebridad. Noble y glorioso. Haydn regresó a Viena en 1795. Haydn murió en 1809 a la edad de 77 años. En aquel momento, el ejército de Napoleón ocupaba Viena.