El profesor reprendió severamente mi composición.

Los profesores son ingenieros del alma humana. Utilizaron sus propios esfuerzos para cultivar pequeñas plántulas una tras otra y cultivaron lotes de talentos sobresalientes con su arduo trabajo. Bajo su doble cuidado crecimos sanos y felices, y también aprendimos muchos conocimientos y principios. Entre todos los profesores que me han enseñado, la que más me impresionó fue ella: la profesora Xie Pingying, que me enseñó chino durante casi seis años.

Es a la vez severa y amable. Cualquiera que no preste atención en clase será descubierto por el profesor Xie. ¡No sólo será severamente reprendida, sino que también será castigada por copiar el texto! Después de clase, la profesora Xie es como nuestra amiga, nos escucha hablar de nuestras preocupaciones, hace pequeñas bromas y pelea con nosotros, ¡lo cual también es divertido! Cuando estamos frustrados y fracasamos, el Maestro Xie es como una curita para el alma, que calma las heridas de nuestra alma. Cuando estaba en tercer grado de la escuela primaria, perdí las elecciones en una reunión de elección de cuadros de clase. Soy muy competitivo. Por el bien de la cara, ¿cómo podría soportar semejante golpe? Lágrimas de decepción cayeron de mis ojos y el profesor Xie en el podio pareció haberlo notado. Tan pronto como terminaron las clases, traté de evitar cualquier discusión sobre mí en la escuela. Cuando estaba a punto de irme a casa, la profesora Xie me llamó a la oficina. La oficina estaba muy silenciosa y podía escuchar claramente los rápidos latidos de mi corazón. Mis pies están muy débiles. Estoy muy asustado. Tengo miedo de que el profesor Xie me regañe. Inesperadamente, el profesor Xie me educó así: "No importa si fallé en esta competencia. Debería pensar en lo que no hice bien y corregirlo, y no desanimarme por ello. Vamos... ". El maestro Xie dijo muchas palabras de aliento y yo me contuve. . No sé por qué, pero de repente tuve el coraje de afrontar los reveses, mi mente se volvió más abierta, me sentí más cómoda y ya no me sentía tan incómoda como antes. ¡Gracias maestro! Gracias por ser el faro de luz en mi vida.

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