En las películas de Hollywood, el presidente de los Estados Unidos o es tan valiente como un soldado de las fuerzas especiales, o es asesinado como un malo, como un cordero esperando ser sacrificado, sin poder para defenderse. . Alex Thomas hace el trabajo más "turbio" de Estados Unidos. Es un agente secreto al lado del presidente. Se ha ganado la confianza del presidente, pero sólo puede vivir a espaldas del presidente. Sin embargo, uno de sus errores fatales derivó en un arrepentimiento para toda la vida: Alex acompañaba al presidente como de costumbre cuando asistía a eventos públicos. En ese momento, con mirada penetrante, descubrió que alguien entre la multitud le había quitado algo de los brazos. La pistola, una bala salió disparada para salvar al presidente, pero como estaba demasiado lejos, ya era demasiado tarde... En ese momento, sucedió algo inesperado. La bala golpeó la palma de Alex. Mágicamente cambió su ruta. Finalmente disparó al pecho del presidente.
El presidente que fue sometido a una cirugía de emergencia finalmente murió en la mesa de operaciones. Alex sintió que nunca podría perdonarse a sí mismo por este gran error. Frustrado, dejó el servicio secreto y vino a la cabina. En el lago, me encerré y pensé en mi pasado, adormeciendo mis nervios con alcohol todo el día. La reportera Kate Crawford, quien era responsable de informar continuamente sobre el asesinato, descubrió accidentalmente que el asesino en realidad tenía una conexión oculta con una agencia secreta del gobierno. Cuando decidió investigar este extraño descubrimiento en profundidad, encontró a alguien que podía proporcionarle pistas. Sin embargo, fueron asesinados uno por uno por misteriosos hombres de negro. Kate, cuya vida estaba amenazada, fue a la casa de Alex en busca de ayuda, pero su casa voló en pedazos. Alex finalmente creyó que todo lo que Kate le proporcionó no se debía a su rica imaginación. Detrás del asesinato, se estaba gestando otra gran conspiración. Sin embargo, como describe la película, descubrir una conspiración y exponerla son dos conceptos completamente diferentes.