Gloria inició su viaje junto a su marido en una pequeña embarcación. Sin embargo, el día 14, le tuvo mucho miedo al mar y, al no poder ir, abandonó el bote de rescate. Eso no hizo que Gloria se diera por vencida. En cambio, pensó que continuaría. Entonces, durante los siguientes 100 días, remó en un bote y atacó sola a Mubo Feng, su propio miedo.
Cuando finalmente llegó a Barbados, Gloria no quiso abandonar su barco, a pesar de que su esposo y su familia le pidieron que se fuera. Cuando estuvo sentada en el barco durante tanto tiempo que apenas podía mantenerse en pie, su marido tuvo que sacarla del barco. Después, lo primero que hizo fue proponer un brindis por su barco, una dama muy especial. Esta mujer había capeado muchas tormentas con seguridad durante su largo viaje y le encantaba.
Gloria es una mujer muy valiente. Se convirtió en la décima mujer del mundo en cruzar el Océano Atlántico. Como todos los demás, experimentó grandes alegrías y cosas terribles. Pero las personas valientes no son necesariamente valientes. "A veces quiero estar más abrigada y seca en la cama que cualquier otra cosa, lejos de la tormenta. Ya no quiero ser insistente", dijo.