En la antigüedad, en las zonas fronterizas, vivía un anciano llamado Sai Weng. Una vez, un buen caballo que crió desapareció de repente. Vecinos y familiares se enteraron y acudieron a consolarlo. No tenía prisa, pero dijo con una sonrisa: "Aunque el caballo está perdido, ¿cómo sabes que no es algo bueno?"
Pasaron unos meses. Un día, el caballo perdido del anciano regresó, e inesperadamente trajo un buen caballo.
Este incidente causó sensación en todo el pueblo, y la gente felicitó al anciano uno tras otro. Pero el anciano no estaba contento. Les dijo a todos: "No hay nada que felicitar. ¡Quién hubiera pensado que esto no sería un desastre!""
Unos días después, el único hijo del anciano fue a jugar a un buen caballo. El caballo no estaba familiarizado con eso. El nuevo dueño corrió y arrojó al joven al suelo, y su pierna quedó coja. Cuando la gente se enteró de esto, vinieron a consolar al anciano. algo bueno." ! ""
Más tarde, estalló una guerra en la frontera y muchos jóvenes fueron reclutados en el ejército y fueron al frente. Nueve de cada diez veces hubo víctimas. Sólo el hijo del anciano se quedó en casa debido a su discapacidad física y sobrevivió.
El dicho "Una bendición disfrazada es una bendición disfrazada" proviene de esta historia. Se suele utilizar junto con "¿Cómo sabes que no es una bendición?", lo que significa que si el anciano pierde su caballo, ¿cómo puede saber que no es una bendición? Este modismo se utiliza a menudo para describir que algo malo puede convertirse en algo bueno, o para describir que, aunque haya sufrido una pérdida temporal, también puede beneficiarse de ella.
Este modismo también se suele utilizar como "significado". Sólo dice que "una bendición disfrazada es una bendición disfrazada".
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