Los niños que crecen en medio de la violencia doméstica en realidad se verán afectados sutilmente. Aunque odian profundamente el pasado de violencia doméstica, debido a que han crecido en un ambiente así, a menudo enfrentan los problemas de esta manera.
1. Es normal tener baja autoestima. Los niños que han sufrido violencia doméstica serán especialmente cautelosos, por temor a ser rechazados o incluso tratados con violencia si no les va bien. Sus nervios siempre están a flor de piel, especialmente cuando ven a alguien que parece fuerte o tiene mal carácter, sentirán el miedo en los huesos. Debido a este miedo, se vuelven angustiosamente cautelosos en su vida diaria. Este sentimiento es como el de esos pequeños animales en movimiento, temerosos de ser heridos.
2. La indiferencia es una actitud hacia los demás. Debido a que han sido abusados violentamente y se han vuelto insensibles, a menudo no sienten compasión cuando ven a otros en problemas. Subconscientemente creen que todos son así y que todos merecen sufrir. Este es un proceso necesario en la vida.
En comparación con aquellos que tuvieron una infancia feliz, estas personas son más indiferentes a algunos de los sufrimientos de la sociedad. La gente común es indiferente al sufrimiento que ve porque siente que ni siquiera puede manejar sus propias desgracias y no tiene tiempo para preocuparse por los demás.
3. La violencia es la forma de afrontar los problemas. Aunque estos niños que han sufrido violencia doméstica odian todo lo que han sufrido cuando crecen, es más probable que utilicen la violencia para resolver problemas después. A la edad en que se va formando su visión de la vida, todos se topan con medios violentos que les darán una pista psicológica. Este enfoque es simple y directo, así es como se debe abordar el problema. Aunque conocen los peligros de la violencia, nunca han aprendido de otra manera. La violencia puede someter a las personas. No hay nada más rápido ni más conveniente que esto. ¿No es esta la mejor opción?
En cuanto a los métodos de razonamiento y exposición de hechos, es posible que estos niños hayan oído hablar de ellos, pero no los hayan visto y, por supuesto, no los utilizarán.
La violencia doméstica es una sombra de por vida para un niño pequeño, quien luchará con este tipo de resistencia y obediencia involuntaria durante toda su vida. Aunque odian ese comportamiento, no pueden evitar pensar en ello inmediatamente después de que sucede. Esta contradicción de carácter es un defecto difícil de cambiar.