Son niños nacidos del deseo de la vida por sí mismos.
Vinieron a este mundo con tu ayuda, no gracias a ti.
Están a tu lado, pero no te pertenecen.
Lo que puedes darles es tu amor, no tus pensamientos.
Porque tienen sus propias ideas.
Puedes albergar sus cuerpos, pero no sus almas.
Porque sus almas pertenecen al mañana, a un mañana que no puedes imaginar,
Puedes intentar lo mejor que puedas para ser como ellos,
pero no lo hagas. No dejes que se vuelvan como tú mismo,
Porque la vida no retrocederá, ni se quedará en el pasado.
Tú eres el arco, y tus hijos tus flechas.
El arquero mira el objetivo en el camino hacia el futuro,
Te aleja con todas sus fuerzas, haciendo que sus flechas vuelen rápido y lejos.
Su corazón se dobla en las manos del arquero de alegría,
Porque ama las flechas que vuelan hasta el final, y también ama el arco extremadamente estable.