Un profesor de historia de bajísima calidad.

Una vez me encontré con un profesor de muy baja calidad y todavía no puedo olvidarlo. El profesor nos dio una clase de historia, pero no parecía muy interesado en enseñar. A menudo llegaba tarde y a veces no aparecía, dejándonos esperando en el aula durante mucho tiempo.

♂?Gestión caótica del aula

Toleraba los malos comportamientos de muchos estudiantes, como hablar en voz alta, pelear y jugar con teléfonos móviles, lo que resultaba en una atmósfera caótica en el aula. Casi nunca dejaba claros los planes de las lecciones y, a menudo, decidía qué enseñar sobre la marcha, lo que nos hacía difícil obtener una vista previa o prepararnos.

Estilo de enseñanza aburrido

Su estilo de enseñanza es aburrido. Casi está leyendo un libro de texto, sin ninguna interacción ni introducción de ejemplos vívidos para atraer nuestra atención. Sus explicaciones son a menudo oscuras y difíciles de entender, y no logran conectar los eventos históricos con la vida real y mantenernos interesados ​​en lo que estamos aprendiendo.

Corrigir la tarea de manera informal y superficial

Su calificación de la tarea también fue superficial. Dedicamos mucho tiempo y energía a completar las tareas, pero a menudo él simplemente las echaba un vistazo sin siquiera brindar comentarios o sugerencias detalladas. Esto nos dejó frustrados y con la sensación de que nuestros esfuerzos no estaban obteniendo el reconocimiento que merecían.

Poco profesional e irresponsable

En general, la calidad de los profesores fue extremadamente baja, lo que nos dejó una experiencia docente desagradable. Su falta de profesionalismo e irresponsabilidad nos hicieron perder el amor por la historia y nos hicieron dudar del sistema educativo. Esta experiencia me hizo más consciente de la importancia de un buen profesor. Deben tener habilidades docentes de alta calidad y respeto y cuidado por los estudiantes.