El placer de derrochar es en realidad mayor que el placer de comprar.
Este cambio puede ser causado por una enfermedad médica, que es común en las personas mayores, o por los medicamentos y métodos utilizados para tratar la enfermedad.
En segundo lugar, debido a que estamos en el nuevo mundo, la influencia de los predecesores sociales aún no se ha establecido y no hay ningún obstáculo para que las mujeres asuman roles antitradicionales.