Primero, di la verdad. Dígale al maestro las fortalezas y debilidades del niño sin reservas, de modo que el maestro tome medidas efectivas para educar y guiar al niño en función de la situación específica del niño.
En segundo lugar, muestra tu actitud. Siempre que no dañen el cuerpo y la mente del niño, todas las medidas educativas adoptadas por el maestro cuentan con el firme apoyo de los padres y la cooperación activa de ellos, incluidos los castigos y castigos corporales apropiados.
En tercer lugar, comuníquese de forma proactiva. Cuando sus hijos estén en la escuela, los padres se comunicarán activamente con los maestros y trabajarán juntos para educar bien a sus hijos.
Lo anterior es el propósito y significado de las visitas domiciliarias de los docentes, y también es el trabajo que deben realizar los padres.