Para tratar el absceso en la cabeza de Xiao Caixia, Anipa gastó todo el dinero de la familia para tratarla, lo que también supuso una pesada carga para esta pobre familia. Como resultado, su marido Abibao y Anipa tuvieron una disputa. Anipa insistió en que un buen caballo debe tener una buena silla y que una niña no debe carecer de pelo. Con la ayuda de un sastre, la pequeña Caixia finalmente se dejó crecer el cabello. Anipa ayudó a Cai Xia a encontrar a su hermano desaparecido Wang Yunhui. Frente a Xiao Yunhui, quien también perdió a su familia, Anipa también extendió sus manos de aceptación. La directora Zhang Meihua va a estudiar en el extranjero por un tiempo, por lo que solo puede vivir en la casa de Anipa con un kazajo que ha perdido a sus padres y puede tocar el silbato de invierno y traer comida. Al mismo tiempo, para aumentar sus ingresos, también ayudó a Anipa a encontrar trabajo lavando ovejas en un matadero.
Día tras día, en el río helado, Anipa lavaba cubos de ovejas en el agua con manos rígidas. Su marido Abibao la miraba con el corazón roto. Llovió toda la noche y en un accidente la herrería donde vivía Abibao quedó reducida a cenizas y toda la familia quedó en una situación desesperada. El canto del pequeño Nalan disipó la tristeza en el hogar y trajo felicidad y coraje. Una avalancha repentina hizo que Anipa perdiera su trabajo como cocinera en una escuela primaria, pero encontró a dos huérfanos a causa de la avalancha. Hasta ahora, 19 niños, Anipa y Abibao, viven juntos bajo este techo difícil pero esperanzador.
A medida que pasa el tiempo, los niños crecen día a día y tienen sus propias familias y carreras. Los días difíciles eran como viejos calderos que sólo pueden recordarse. La pareja de ancianos suele sentarse frente al pebetero y recordar aquellos años difíciles y felices. Arman, que estaba recién casado, murió lamentablemente para conservar la olla grande para que comiera toda la familia.