La religión y su sistema de creencias restringen y regulan principalmente el comportamiento de las personas a través de creencias, emociones, rituales, doctrinas y otros medios, y tienen todas las características del capital social. Primero, permite a las personas que aceptan su influencia formar una identidad religiosa con la misma conciencia, y luego afecta la conciencia de identidad de las personas de una manera que es diferente de los pensamientos seculares, mejorando y promoviendo así la unidad y la coherencia de la identidad de las personas, y creando un colectivo. acción. Históricamente, la religión ha tenido un profundo impacto en las costumbres, las prácticas, la moral, las leyes y otras formas de instituciones. Como dijo Boehlmann: "La ley no es sólo un conjunto de reglas, es una persona viva que implementa la legislación, las sentencias, la aplicación y los pactos. Es un proceso vivo de asignación de derechos y obligaciones, resolución de disputas y establecimiento de relaciones de cooperación. Puede proporcionar a la sociedad la estructura y la perfección que necesita para mantener la cohesión interna. Siempre ha sido el enemigo de la anarquía. la fe que necesita para afrontar el futuro. Lucha siempre contra la decadencia.
La religión es una especie de capital social público y productivo. Sus recursos organizacionales, de creencias y morales son más sobresalientes que los de cualquier otra ONG. Puede reunir de manera efectiva ciertos recursos sociales, como recursos humanos y materiales, a través de una determinada red organizacional, y puede aplicar con éxito estos recursos a los servicios sociales y la coordinación social.