Una verdadera y conmovedora historia de amor.

"Te amo" "Yo también te amo"; "No te amo" "Aún te amo". Amor, eso es todo. Siempre hay una persona que es perseverante, pero ¿algún día esa persona también se cansará? Cuando estoy enamorado, tus pasos están tan lejos que nunca puedo seguirlos, pero no quiero detenerme ni rendirme. En este momento, ¿puedes mirarme, luego tomar mi mano y guiarme? ¿Que siga caminando? Entonces el amor requiere la cooperación de dos personas. Me gusta cada uno de los siguientes diez cuentos.

1. Tus pasos son algo que nunca podré seguir.

Llevamos dos años enamorados, ya sea que vayamos o regresemos del colegio, o que vayamos de compras juntos.

Siempre camina adelante como el viento. Y tuvo que trotar todo el camino para mantener el ritmo.

Por fin, por fin, estaba cansada.

"Todavía somos aptos para amigos".

"¿Por qué? ¿Ya no la amas?" La agarró por los hombros y le preguntó.

Ella sonrió y dijo: "El amor es muy profundo. Pero tus pasos son algo que nunca puedo seguir".

2. Querida, perdamos juntos.

Lo que más me gusta hacer todos los días es estar abrazado por él. Su cálido abrazo me hace sentir muy segura.

Un día, de repente me preguntó: "Dime, si el amor es una guerra, ¿quién perderá?".

Lo pensé un rato y decidido dijo: "Yo. " Se dio la vuelta y preguntó dubitativo: "¿Por qué?"

Lo miré fijamente y le dije: "Porque frente a ti, me quedo tan callado y solo quiero escuchar. Porque cuando. Si te ríes, me olvidaré de respirar, porque cuando hables con otras chicas, yo tampoco seré feliz..."

Me abrazó con más fuerza: "Querida, perdamos juntas."

3. Tristeza escondida, no quiero que la notes.

Recuerdo que la primera flor que me regaló fue la Flor del Otro Lado.

Sonreí y le pregunté por qué enviaba esas flores. Dijo: "Porque el lenguaje de las flores es puro y hermoso".

Dos años después, rompimos.

Así como la primera vez que me regaló flores, me regaló un ramo de flores del otro lado.

Dijo: "¿Sabías que la flor del otro lado en realidad tiene una especie de lenguaje floral?" Le pregunté a la ligera: "¿Qué más hay?" >

Él Sonríe, igual que hace dos años: "Escondo mi tristeza, no quiero que te des cuenta."