El segundo nivel consiste en sacar inferencias a partir de un ejemplo. Los alumnos comprenden los métodos básicos para transformar los resultados de la capacitación, dominan algunas de las características y principios generales más importantes requeridos en los objetivos de la capacitación y también aclaran el alcance de aplicación de estos principios. La transformación a este nivel puede mejorarse si los capacitadores modelan comportamientos clave en una variedad de situaciones y enfatizan los principios básicos.
El tercer nivel es el dominio. Cuando los problemas o situaciones que encuentran los alumnos en el trabajo real son completamente diferentes de los del proceso de formación, también pueden recordar los resultados del aprendizaje en la formación, establecer la conexión entre sus conocimientos, habilidades y aplicaciones prácticas, y aplicar adecuadamente los conocimientos y habilidades que han aprendido.
El cuarto nivel es la autogestión. Se refiere al intento de un individuo de controlar algunas de sus propias decisiones y comportamientos. Los alumnos pueden aplicar activamente los conocimientos y habilidades que han aprendido para resolver problemas prácticos y pueden pensar en la aplicación del contenido de la formación en el trabajo real de forma automotivada. Las investigaciones muestran que los alumnos que utilizan estrategias de autogestión tienen comportamientos transformacionales y niveles de habilidades más altos que los alumnos que no utilizan estrategias de autogestión.