La raíz de todos los problemas puede deberse a la torturada infancia de Locke. Nació en septiembre de 1952 en el norte del estado de Nueva York en una familia de ascendencia irlandesa y francesa. Cuando Locke tenía 5 años, sus padres se divorciaron y su madre se casó con un policía y lo llevó a Miami. Su padrastro lo golpeaba a menudo con puños y patadas. Cada vez que Locke recordaba esto, desahogaba su ira contra su madre.
"Nunca más volví a contactar a mi madre. Por lo que hizo, la odié toda mi vida. Ella me dio la espalda y no cumplió con sus obligaciones conmigo y con mi hermano. Fue ella quien Déjame Sucedió, y duró diez años. Fue fácil volverme loco al lidiar con este sentimiento de ser pequeño y abandonado. Después de que mi hermano murió hace unos años, me negué por completo a hablar con ella. Ella tiene la enfermedad de Alzheimer. No tengo nada que decirle, de todos modos, ella no recuerda lo que pasó." El boxeo fue la forma en que el joven Locke escapó de su dolorosa vida familiar. Cuando era niño, entrenó en el Fifth Street Gym de Miami, donde se inició Muhammad Ali. Cuando tenía 16 años, estaba en el ring con el campeón de peso mediano Luis Rodríguez. Sin embargo, dos graves conmociones cerebrales acabaron con su sueño de convertirse en boxeador profesional. Por casualidad, irrumpió en la industria del entretenimiento. En ese momento, un amigo de Locke de la Universidad de Miami estaba dirigiendo una obra basada en "Laboratorio de la Muerte" de Jean Genet, y un actor acababa de abandonar. Rock aceptó asumir el papel y rápidamente quedó enganchado. Así que dejó el boxeo, pidió prestados 400 dólares a su hermana y se fue solo a Nueva York. Mientras trabajaba a tiempo parcial, asistió a escuelas de actuación privadas hasta que finalmente empezó. Durante una audición, fue elogiado por el famoso dramaturgo Elia Kezan, quien dijo que era "la mejor audición que había visto en 30 años".
Mickey Rock todavía puede contar la historia de aquellos días gloriosos. Después de trabajar con Kazan, Scorsese y Pacino, ganó suficiente atención como para conseguir un pequeño papel en la película de 1981 "Body Heat". Sus pocos minutos de tiempo en pantalla lo llevaron a papeles más importantes, incluso en "Restaurant" de Barry Levinson, "Betta" de Francis Ford Coppola y también protagonizó la impresionante "Angel Starring" junto a Robert De Niro en "Heart". El más notorio fue protagonizar el éxito de taquilla pornográfico de 1986 "9 semanas y media" con Kim Basinger. A pesar de las críticas negativas, solidificó su estatus de símbolo sexual y lo convirtió en uno de los hombres más buscados de su tiempo. "Era el Brad Pitt de su época y sus habilidades interpretativas eran aún mejores", comentó una vez The Guardian.