Introducción a la Teoría de la Interacción Simbólica
El interaccionismo simbólico, también conocido como interaccionismo simbólico, es una escuela teórica que se centra en estudiar la sociedad desde una perspectiva psicológica. Según esta teoría, la sociedad está compuesta de individuos que interactúan y sólo a partir de esta interacción se pueden encontrar explicaciones para diversos fenómenos sociales. La teoría de la interacción simbólica, como teoría sociológica que se centra en el comportamiento individual, surgió en la década de 1930.
Enfatiza la premisa teórica de la subjetividad humana y la orientación de la investigación empírica centrada en la interacción entre individuos. El sociólogo estadounidense G.H. Mead es considerado el pionero de la teoría de la interacción simbólica. Además de Mead, Thomas, Cooley y otros también hicieron importantes contribuciones a la teoría de la interacción simbólica.
Más tarde, Blumer y M. Kuhn desarrollaron la "teoría de la interacción simbólica" de Mead y formaron la Escuela de Chicago encabezada por Blumer y la Escuela de Iowa encabezada por Kuhn. Desarrollaron diferentes puntos de vista sobre los métodos de investigación y otras cuestiones.
El interaccionismo simbólico se opone al determinismo de la estructura social en la sociología positivista que menosprecia la iniciativa subjetiva de los actores, y propone la proposición teórica de que la cognición, las acciones y las interacciones de los actores constituyen la sociedad. Mead, el fundador de su pensamiento, intentó explorar la relación entre los pensamientos y el comportamiento individuales, desarrolló la psicología social y utilizó el comportamiento social para explicar la conciencia individual.
Mead absorbió la relevancia empírica de la verdad en los métodos objetivos de investigación de la conciencia en la filosofía del pragmatismo y la psicología del comportamiento, y propuso un método conductista amplio para estudiar la experiencia individual basada en acciones individuales, especialmente aquellas experiencias que pueden ser. observado por otros, y colocó la comprensión de los comportamientos y experiencias individuales dentro de un contexto social general, desarrollando un enfoque "conductista social".
Siguiendo a Mead, Blumer propuso una teoría microsociológica basada en la "interacción simbólica", cuyo núcleo sigue siendo la relación entre el conocimiento situacional como el significado y el yo y la organización social.