1. Educación a través de la diversión. Muchos padres no tienen experiencia como padres y no saben cómo educar a sus hijos de forma temprana. Pero, de hecho, la educación de la primera infancia es muy sencilla y los padres no necesitan interferir demasiado con sus hijos. Los padres deben brindar educación científica temprana a sus hijos, para que puedan partir de sus intereses y convertir las cosas con las que entran en contacto en hermosos recuerdos almacenados en sus cerebros. En la vida diaria, podemos enseñar a través de la diversión y dejar que los niños aprendan conocimientos mientras juegan. Los padres no deben evitar las diversas preguntas planteadas por sus hijos, sino que deben responderlas en un lenguaje sencillo. Si los padres no entienden, pueden verificar la información a tiempo para que sus hijos puedan recibir el conocimiento correcto.
En segundo lugar, no se puede negar a los niños. Muchas familias tienen la costumbre de negar a sus hijos. Cuando un niño tiene una idea sencilla, se la contará a sus padres, y éstos inmediatamente la negarán. Con el tiempo, los niños se negarán a sí mismos, reducirán la comunicación con sus padres y con los demás y desarrollarán un complejo de inferioridad. Por tanto, los padres no deben negar habitualmente a sus hijos la vida diaria. Cuando los niños tienen sus propias ideas, los padres deben alentarlos a hablar con valentía y guiarlos para que resuelvan los problemas por sí mismos. Sólo así los niños podrán desarrollar un carácter independiente.
En tercer lugar, es instintivo evitar mimar a padres e hijos, pero si amas demasiado a tus hijos, será muy perjudicial para el carácter y el crecimiento del niño. Por lo tanto, si un niño es demasiado travieso en la vida diaria, los padres deben impedirlo estrictamente. Sin embargo, debemos tener cuidado de no utilizar la violencia contra los niños. Cuando un niño es demasiado travieso, los padres deben decírselo de manera seria en lugar de usar la violencia para hacer que el niño tema a sus padres.