Su método educativo es sencillo pero muy eficaz. Cree firmemente que sólo combinando la teoría con la práctica podremos conseguir el doble de resultado con la mitad de esfuerzo. Insiste en jugar el juego del "zumbido" con sus hijos todas las semanas, insiste en dejar que sus hijos hagan ejercicio todos los días, insiste en dejar que sus hijos lean todos los días... Son estas perseverancias las que tienen un impacto sutil en la vida de los niños.
Vale la pena aprender de cada maestro y padre la filosofía educativa del maestro Leif. Siempre he creído que los profesores y los padres tienen demasiadas ganas de educar y carecen de la paciencia que merecen. Si hubiera más buenos maestros como este, no sucederían tragedias como la de Miao Kexin.