Hoy en día, el conflicto entre desarrollo tecnológico y cultura tradicional se está intensificando. Se escuchan cada vez más llamados a salvar la cultura tradicional, mientras que otros instan a una revolución tecnológica más rápida en el nuevo milenio. Entonces, ¿son tan incompatibles la tecnología y la tradición? ¿O existe un punto de equilibrio en el que podamos preservar el legado de nuestros antepasados manteniendo a flote la alta tecnología?
En primer lugar, debemos admitir que el conflicto entre tecnología y tradición sí existe. La urbanización y la modernización están arrasando el mundo, cambiando la forma en que cultivamos maíz y trigo, destruyendo viejas formas de pensar y dejando que las artes y artesanías antiguas sólo se vean en los museos. A pesar de los evidentes beneficios de la vida moderna, un número considerable de personas piden la salvación material y espiritual de la cultura tradicional.
Sin embargo, si analizamos el problema más profundamente, encontraremos que este conflicto es inevitable, pero no es fatal para la tecnología o la tradición. En cierto sentido, la innovación tecnológica es en realidad parte de nuestra cultura pasada y presente. Sin los cuatro grandes inventos de China, los chinos no tendrían una cultura tradicional tan espléndida y colorida. También es la tecnología avanzada la que nos permite preservar estos antiguos artefactos y obras maestras en condiciones tan prístinas. La tradición no es algo muerto y débil. Se enfrenta a un gran desafío y ganará energía y se renovará a través de la lucha. Las cosas buenas seguirán existiendo y creciendo, impulsadas por el nuevo impulso proporcionado por las nuevas tecnologías.
La gente no debería ser tan pesimista sobre el futuro de nuestra cultura tradicional. Demasiado duelo por lo que no ha sobrevivido en este mundo desafiante sólo obstaculizará nuestro progreso hacia una vida más refinada y desarrollada.