Tang Xianmei nació en Chongqing en junio de 1929. Se graduó en el Departamento de Lenguas Extranjeras de la Universidad de China Occidental en julio de 1951. Se alistó en el ejército en septiembre de 1951 y se unió a China en junio de 1956. De 1951 a 1975, Tang Xianmei trabajó sucesivamente en el Departamento de Seguridad Pública Provincial de Yunnan, la Escuela Intermedia del Partido del Comité Provincial del Partido de Jiangsu, el Comité Provincial de la Liga Juvenil Comunista de Yunnan y el Tribunal Popular Superior Provincial de Sichuan. En 1977, fue transferida a Xinhua. Agencia de Noticias y jubilado en 1988. Tang Xianmei, la esposa del general Qin Jiwei, murió en Beijing a las 7:59 del 24 de septiembre de 2023 debido a un tratamiento ineficaz. Tenía 94 años.
Qin Jiwei y Tang Xianmei tienen dos hijos y una hija. El hijo mayor es el teniente general Qin Weijiang, ex subcomandante del Comando del Teatro Oriental y ex comandante del Ejército del Comando del Teatro Oriental, el segundo hijo es el teniente general Qin Tian, ex subcomandante de la Fuerza de Policía Armada, y su hija. Es la Sra. Qin Yongjiang.
Evaluación social
Tang Xianmei ha sido influenciada por la cultura tradicional china desde que era niña y recibió una educación moderna. Le gusta la poesía y la lectura chinas, así como todo tipo de música, y tiene una amplia gama de intereses. Al abordar el trabajo, debemos apegarnos a los principios y prestar atención a los métodos; al abordar la vida, debemos ser siempre sencillos y autodisciplinados, teniendo presentes los asuntos públicos y privados.
Concede gran importancia a la educación de sus hijos y ha sido muy estricta con ellos desde que eran pequeños. Ella nunca les dio ninguna superioridad o trato especial. Presta especial atención a cultivar su personalidad sana y su capacidad para pensar y vivir de forma independiente. Ella siempre insiste en educar a sus hijos para que establezcan "tres puntos de vista" correctos, siempre mantengan estándares bajos en la vida y altos estándares en el trabajo, y advierte repetidamente a sus hijos que no importa cómo cambie la situación, siempre deben ceñirse al objetivo final de ser. un ser humano, en lugar de dejarse llevar por la multitud.