Sabemos que este es nuestro destino. A partir de entonces nos mantendremos en contacto frecuentemente. Más tarde, nos hicimos buenos amigos que podían charlar todos los días y compartir juntos la felicidad y el dolor. ¡Contaremos cada pequeña cosa de nuestras vidas porque somos buenos amigos que podemos contarlo todo!
Con el paso del tiempo, nuestra amistad fue cambiando poco a poco. Al principio no sabíamos qué tipo de resultados nos traería tal cambio, ¡pero doy gracias a Dios por darte a mí! Aunque este tipo de felicidad no es lo que queremos, esta relación nos hace sentir que es una especie de amor, un sentimiento que nos damos desde hace mucho tiempo. ¡Por fin sabemos que este sentimiento es "amor"! Desde conocernos hasta enamorarnos, hemos experimentado tantas cosas que no es fácil. Ambos apreciamos el amor entre nosotros y ambos tenemos miedo de perderlo. ¡Todos sabemos que si algún día lo perdemos, lo lamentaremos! Es maravilloso conocernos y conocernos, pero es una pena que te conocí en el momento equivocado y no podamos estar juntos. Nuestro conocimiento está destinado a ser nuestra preocupación inevitable y nuestro amor es lo que ahora extrañamos. Amar a alguien no se trata de poseer, sino de dar. Amarte de todo corazón es una bendición. Aunque no tenemos diez dedos, sigues siendo la persona que más amo en mi vida. Después de conocerte, conozco un sentimiento llamado apego y un sentimiento llamado amor profundo. Ahora quiero aprovechar el tiempo para demostrarte mi amor, proteger mis verdaderos sentimientos con mi promesa y dejarme encontrarte entre la multitud. ¡Me diste felicidad, alegría y otro tipo de amor! ¡Este tipo de amor se llama protección!
Algunas personas tienen la sensación de que si se lo pierden, lo extrañarán toda la vida. No quiero extrañarte. Siempre tocas mi corazón. Realmente quieres que te acompañe todos los días. Aunque tengo manos, no puedo abrazarte. Tengo un par de ojos, pero no puedo verte todos los días. Ahora sólo tengo un corazón. Sólo este corazón puede extrañarte todos los días y estar contigo todos los días.
El destino nos lo da Dios. Cuando el tiempo se nos escapa de las manos, dos corazones se encuentran, se conocen y se conocen, cruzando silenciosamente todas las barreras. En el camino hacia el conocimiento, nos leemos con el corazón y nos cuidamos con amor. ¡Estos amores no necesitan palabras, solo necesitan una especie de lástima en el corazón del otro! Me alegro de conocerte. Aprecio este encuentro sincero. Amarte es una felicidad indescriptible. Aunque llore, soy feliz contigo. Tengo la suerte de conocerte en el vasto mar de personas. ¡Es lo más feliz para mí conocerte y enamorarme de ti!