Hay una pequeña historia:
Había un vendedor que vendía tanto lanzas como escudos. Cuando vendió la lanza, dijo: Mi lanza es buena y puede atravesar cualquier escudo. Cuando vendió su escudo, dijo: Mi escudo es único y ninguna lanza puede atravesarlo. Entonces se acercó un hombre sabio, le señaló y le dijo: "¿Qué pasará si atacas tu escudo con tu lanza?" Las palabras del mercader eran contradictorias.
Este es el enunciado y origen de la contradicción.