Salí del aula lleno de recuerdos, de mis queridos compañeros, de mi querida profesora y de mi campus feliz. Llegué al salón de clases lleno de recuerdos, como si existiera el sonido de nuestra lectura, el sonido de nuestro juego en el patio de recreo y nuestras figuras risueñas en el campus. En cada rincón dejamos nuestras huellas.
Nunca olvidaré nuestra figura luminosa en el patio de recreo. Nunca olvidaré los apasionados discursos de los estudiantes en clase. No puedo olvidar que cuando me lesioné, siempre había un grupo grande de compañeros que venían a cuidarte y consolarte. No puedo olvidar, no puedo olvidar, no puedo olvidar esas imágenes vívidas y esas historias conmovedoras, no puedo olvidarlas.
El tiempo vuela, el tiempo vuela y el tiempo se ha ido para siempre. Estos seis años de vida en la escuela primaria están vívidos en mi mente y nunca los olvidaré.