Un método de evaluación de planes curriculares. Se destaca que el foco de la evaluación debería pasar de los "resultados esperados del plan curricular" a los "resultados reales del plan curricular". La evaluación no sólo debe señalar las necesidades reales, sino también considerar en qué medida el programa curricular satisface las necesidades reales.
Scrifen propuso en 1974, enfatizando que al realizar una evaluación educativa, es beneficioso recopilar toda la información relacionada con el plan de evaluación sin informar a la persona evaluada. Este tipo de evaluación también se denomina evaluación sin propósito. La característica más importante es que la base y el estándar para la evaluación no son los objetivos predeterminados por los creadores del programa, sino las intenciones de la persona que está siendo evaluada.